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Reseña por Micro Esparza Oteo
Ipan in Xiktli Metztli (México Mágico Cósmico, en el Ombligo de la Luna) (1981)
Luis Pérez
ISSSTE
VIDEO RESEÑA DE REGIONCUATRO
Compositor, arreglista e intérprete: Luis Pérez
Supervisores de grabación: Fernando Roldán, Francisco Miranda
Productor ejecutivo: ISSSTE
Diseño: Laurence Giordano
Luis Manuel Pérez Arellano, desde muy pequeño, mostró inclinación por la música. En la adolescencia militó en algunos grupos amateurs hasta llegar a La Verdad Desnuda, su primera experiencia profesional, con quienes editó un EP de 45 rpm. Más adelante formó parte de proyectos fundamentales del rock mexicano, como Ciruela, Árbol y Amigo, este último grupo de Alfredo Días Ordaz. A la salida de Luis, la banda cambió su nombre a Wingman, aunque seguían interpretando una canción original suya, justamente titulada Amigo, a pieza fue grabada, pero nunca recibió créditos autorales: “Ni cómo intentar demandar o pelear la autoría, era el hijo del presidente”, recordaba. Posteriormente colaboró un periodo en Al Universo; tras la salida de Jorge Reyes tomó su lugar, y en esos mismos años se enroló en el Taller de Música Electro-Acústica impartido por Julio Estrada, integrándose al Grupo Experimental Mexicano.
A pesar de su experiencia, hacia finales de los setenta vivía en condiciones paupérrimas, en un cuarto de vecindad sin baño en la calle de Perú, en pleno Centro Histórico de la Ciudad de México. Lo único que poseía era su guitarra, con la que tocaba en cafés. Amigos y familiares lo ayudaban económicamente, mientras él subsistía con lo mínimo: una lata de sardinas que debía durar todo el día y leche en polvo. En medio de esa precariedad, sin embargo, fue gestando un lenguaje musical propio, marcado por una determinación férrea y una profunda confianza en su visión artística. Fue entonces cuando comenzaron a aflorar las primeras intuiciones de un proyecto que buscaba fusionar la música prehispánica con las tendencias de vanguardia, en un gesto que trascendía lo sonoro para volverse también un ejercicio de identidad cultural.
Con esa idea original, Luis tocó todas las puertas posibles: instituciones, disqueras, INBA, radio, departamentos culturales. El obstáculo era siempre el mismo: no tenía dinero para grabar un demo, solo podía explicar su propuesta conceptualmente. La oportunidad llegó en la UNAM, donde ofreció su primer concierto como solista. Entre el público se encontraba el colectivo de artistas plásticos Xochipilli, quienes estaban financiados por el ISSSTE y quedaron tan impresionados que ayudaron a Luis a grabar un demo en casete. Este material llegó a manos de José Facio Maldonado, director de cultura del ISSSTE, quien quedó fascinado por lo que escuchó. Así, los artistas visitaron a Luis en la calle de Perú y le revelaron que había un mecenas dispuesto a respaldar su singular visión.
Cuando Luis acudió al ISSSTE, Facio lo encontró desnutrido y le dijo: “Lo primero que tenemos que hacer es revivirte, tienes que comer bien”. Luis respondió: “Sí, pero no tengo dinero”. Desde entonces, Facio le gestionó espacios para tocar, conferencias remuneradas y talleres de construcción musical. Gracias a ese apoyo, Luis pudo mudarse a un departamento en la calle de Tacuba con baño y, sobre todo, viajar por todo el país para conocer comunidades indígenas, investigar sus instrumentos y nutrir así la cosmovisión de su proyecto. Muchas de esas investigaciones se publicaron en la revista cultural Coatlicue que editaba el ISSSTE. En cierto punto, Luis Pérez llegó incluso a formar parte de la nómina del ISSSTE.
Luis quedó totalmente devastado por un viaje que realizó a Chuxnabán, Mixe, Oaxaca. Para llegar tenías que hacer un trayecto de dos días a caballo, a su regreso estaba completamente deprimido por ver las condiciones en las que se encontraban ciertas comunidades de extrema pobreza, los padres de las comunidades le pedían que se llevara a sus hijos “Lléveselo para que tenga una mejor vida”. Estaba tan marcado que le pidió a José Facio lo enviara a vivir a esos pueblos indígenas, pero el ejecutivo le contesto: “No sabes como es su situación política y costumbres sociales, si te vas con ellos te van a terminar matando, tú puedes lograr más cambios a través de la música. Mejor graba un disco”.
Así nació la idea de grabar Ipan In Xiktli Metzli, México Mágico Cósmico, En El Ombligo De La Luna. Luis quiso realizarlo en los estudios de PolyGram en tres días, él ya los conocía porque ahí había grabado con La Verdad Desnuda. Se fabricaron cinco mil ejemplares, la intención de la subdirección de acción cultural de ISSSTE, era que el disco llegara a manos de todos los embajadores y cónsules de todo el mundo y a todos los embajadores del mundo en México. Así fue como se distribuyó a diplomáticos internacionales, es por esto que rápidamente se convirtió en un trabajo de culto a nivel global, además se les entregó una copia a todos los gobernadores de los estados de México, a los altos funcionarios y al Presidente de la República.
Fue el único álbum grabado y financiado por el ISSSTE, con número de catálogo 0000. Recibieron cartas de felicitaciones de todas partes del mundo, se generaron conciertos internacionales, contó con una proyección integral espectacular, publicaciones, radio, talleres, investigaciones, TV... El problema llegó con el fin de sexenio, cuando salió José López Portillo y entró Miguel de la Madrid, cambió todo el gabinete. José Facio le comentó a Luis: “Esta vida se va a acabar, lo que puedo hacer por ti es que hagas otro tiraje del LP para que la vendas y te puedas sostener”, le sugirió cambiar el diseño gráfico por temas de derechos y evitar conflictos, fue así como nace la segunda edición, de la portada negra con la luna; ya no la realizó el ISSSTE sino Kopilli, del cual se hicieron 2500 copias.
Un trabajo por demás místico, que se convirtió en un clásico instantáneo, así pronto la vida dio un giro y hasta su nombre de pila cambió a Luis Pérez Ixoneztli, convirtiéndose en un representante de la vanguardia musical respetado en las esferas internacionales más altas relacionadas a la electrónica de fusión.
Luis se ayudó un tiempo con la venta del LP, pero poco después viaja a estados unidos donde, a pesar que dio congresos y que había viajado en ocasiones para promover su concepto a EEUE, tiene que comenzar de nuevo una carrera desde abajo. Lo primero que hizo allá fue colaborar el dueto de jazz world music Strunz & Farah. Luego trabajó con James Horner, experto en música para películas de alto nivel Hollywoodenses, él hizo, por ejemplo, la música de “Titanic”, ahí conoce a Ian Underwood, tecladista de The Mothers of Invention, y así se va relacionando hasta acabar colaborando estrechamente con gente como Kitaro, Cirque Du Soleil, Jon Anderson o Andreas Vollenweider. En esta etapa, además de irse de giras por todo el mundo, grabó como músico de sesión aproximadamente en unos treinta discos.
Es por esto que pasaron muchos, pero muchos, años para la publicación de su segundo disco solista Tales Of Astral Travelers (Domo, 1998), que algunos expertos consideran su mejor trabajo, donde mezcla instrumentos de diferentes partes del mundo. Desde 2013 comenzó una historia discográfica impecable y mucho más constante, al día de hoy lleva siete discos editados y contando.
En El Ombligo De La Luna es de esos discos que esconden historias tristes y hermosas a la vez, representa el equilibrio de las fuerzas, riqueza y pobreza. De alguna forma la dualidad entre la vida y la muerte están presentes en todo momento.