Duda Mata fue un proyecto único y efímero, realizado por dos grandes mentes artísticas de Guadalajara: Carlos Esegé (que en realidad es Carlos Sánchez Gutiérrez, es decir: Carlos SG) y José Fors. Como se sabe, Fors venía de un grupo llamado Mask, con quienes grabó un disco importante: The Fox (Comrock, 1985), posteriormente hizo este proyecto Duda Mata, cinco años más tarde se consagraría con el grupo Cuca y posteriormente con Forseps, siendo una época que le dio éxito y mucha fama a nivel rock nacional, que a la fecha está vigente. Paralelo a esto ha llevado una reconocida carrera como artista plástico, concretamente en la pintura. Como contraparte, está la historia de Carlos Esegé, que aún cuando es muy rica, creo que no es nada famosa en el rock mexicano. Un dato que me parece muy curioso es que Carlos Esegé fue miembro del grupo Escalón, un proyecto que en lo personal me gusta mucho, emparentado con el canto nuevo y que ha llegado a recibir etiquetas hasta de rock progresivo, folk o art rock. En Escalón también militaba su hermano mayor Alfredo Sánchez (El Personal, Forseps) y su esposa en ese momento Jaramar Soto, que es la voz de soprano en Duda Mata. Poco antes, en 1985, Carlos Esegé había realizado a dúo con Antonio Camacho un casete llamado ESEGE/CAMACHO, de música experimental. Poco tiempo después decidió pedir una beca al extranjero y se fue a Estados Unidos a estudiar y al terminar le ofrecieron trabajo, lleva 38 años ahí. Actualmente es “Composer, Professor Emeritus, Eastman School of Music” y lleva décadas totalmente metido en la música de concierto.
En un inicio Duda Mata fue un concepto de José, él fue quien se lo planteó e invito a Carlos Esegé, acabaron haciendo una mancuerna perfecta y haciendo crecer el proyecto en plena colaboración. A la hora de trabajar las ideas y tareas se dividieron más en 50-50. José tenía muy en mente cosas como Laurie Anderson, Peter Gabriel o Devo y Carlos se inspiraba en Steve Reich, George Crumb o Luciano Berio mezclado con algo de música electrónica “seria”, como Mario Davidovsky o Morton Subotnik. Trabajaban todas las tardes en la casa de la mamá de Carlos, se encerraban por horas grabando con una casetera multitrack bastante rudimentaria y un sintetizador DX-7 que era el laboratorio personal de Carlos.
El resultado fue un proyecto multimedia, muy ligado a la plástica, a lo estrictamente visual, con un fuerte enfoque artístico, que tenía que ver con un concepto plenamente contemporáneo y que combinaba disciplinas artísticas. Se presentaron en vivo en el Teatro Experimental de Jalisco durante un mes, los fines de semana, cuentan que fue un espectáculo multi performance, donde se combinaron danza, teatro, vestuario, escenografía, transparencias, ediciones de pasajes de películas y, por supuesto, música. Casi todos los participantes eran muy jóvenes y bastante ingenuos, aun así, lo que presentaron fue más que decoroso y además inédito en Guadalajara. Barroco, sobrecargado, por momentos caótico, pero hecho con muchas ganas, talento y buen gusto. Realmente es una obra única e irrepetible, que estaba destinada a convertirse en un evento de culto, sin ninguna pretensión comercial.
Aquí hay que decir algo fundamental: Todo lo financió José Fors con sus ahorros.
Es una placa totalmente independiente, realizada en formato de disco vinilo con un inserto amplio, letras, créditos, buen diseño, todo muy bien presentado y pagado con recursos propios. El disco fue editado en Producción Equis, es el único ejemplar que existe de este efímero sello ultra independiente. Equis en realidad era un grupo de teatro que tenía Jóse Fors junto con Chuta Domene. Casi todos los participantes en Duda Mata trabajaban en Equis, habían ya presentado un montón de obras, algunas dirigidas por José Fors. Eran puros chavos de prepa entrones y talentosos. En 1999 el disco fue reeditado en CD por Opción Sónica, también al día de hoy un ejemplar de colección. Actualmente tiene un status de culto, que ha sobrevivido a todo.
Una obra simplemente inclasificable, más ligada a la cultura del rock mexicano, sobre todo por la presencia de José Fors, pero esto no es rock, es electrónico, pero me parece que tampoco podríamos etiquetarlo simplemente como tal. En los créditos podemos ver una serie de músicos, violín, cello, voz de soprano… combinado con las especialidades de los creadores: la voz de José Fors y los teclados de Carlos Esegé. Sumado a esto también hay créditos para sampleos como “Dios Tiene Mano Izquierda” del sacerdote Ramón Cué, un verdadero clásico. Aquí habría que poner énfasis en el tema recurrente de Dios en el disco. También participaron escritores como Ernesto Alcocer y Rosa Beltrán. Fue un proyecto muy ambicioso que cuidó cada detalle.
Entendamos que los años ochenta eran otras épocas, actualmente ya podemos decir sin temor: arcaicas en muchos sentidos. No se tenía el bombardeo global de ahora, los alcances, la información, los medios. Por esto me parece que Duda Mata, hoy más que nunca, tiene un mérito y un valor enorme. Gracias José y Carlos.