




Reseña por Lalo Enríquez
9 Dead Alive (2014)
Rodrigo y Gabriela
Rubyworks
Disco: Guitarra
El 7mo disco del gran dúo de guitarra, entre vibrante y amenazante.
A inicios de este año tuve la fortuna de encontrarme con el vinilo de este álbum en una tienda de segunda mano durante un viaje a la querida Texas. Más allá de quedar encantado con la bella edición en un tono de rojo traslúcido, me reencontré musicalmente con el dúo de Rodrigo Sánchez y Gabriela Quintero; o simplemente, Rodrigo y Gabriela para los cuates.
Este par de guitarristas mexicanos se encuentran entre los músicos más exitosos que han emergido de nuestro país. Así sin más.
Se conocieron con tan solo 16 años al compartir su afición por el metal, género en el cual pasaron sus años mozos como parte del conjunto Tierra Ácida. Sin embargo, su formación guitarrística no paró ahí; pronto comenzaron a adentrarse en otros géneros que ampliaron su panorama y sus recursos estilísticos: el bossa nova y demás sonidos brasileros, el flamenco y en general músicas latinas y del mundo.
Fue en el año de 1999 cuando decidieron establecerse en Dublín atraídos por la reputación de esta ciudad como un albergue especialmente hospitalario con los músicos. Cuatro años después editarían su primer disco de larga duración y el resto es historia: desde entonces el dúo a ocupado toda clase de escenarios a nivel internacional y recibido atención constante tanto de la crítica, como de un amplio grupo de aficionados que celebra su fusión única de elementos y sensibilidades, mismas que trazan un puente insospechado entre el público del rock y el metal, y el público de la música instrumental como el jazz, la clásica y folclórica.
A la fecha han lanzado nueve discos de estudio y cinco discos de música en vivo, pero el que nos ocupa en esta reseña es el séptimo de ellos, 9 Dead Alive. Para cuando apareció, Rodrigo y Gabriela ya tenían en su historial las que siguen siendo consideradas normalmente como sus obras más destacadas: su disco homónimo de 2006, así como otro de nombre 11:11, aparecido tres años después. Y aunque 9 Dead Alive ha sido relegado en popularidad, creo que hay algo injusto en ello; se trata sin duda de un álbum sumamente entrañable.
Este es un lanzamiento en el que regresaron a sus orígenes sonoros al adoptar sin tapujos una estética sonora basada en el rock, el metal y lo que se ha llegado a conocer como dark folk: música basada en los sonidos folclóricos de los países escandinavos y célticos, que suele retomar justamente la estética del metal y del rock gótico. El ritmo es incansable y enérgico, dentro de una ligera oscuridad que inunda todo, entre vibrante y amenazante.
Uno de los aspectos más interesantes del disco es uno que desafortunadamente se perdería al sólo escuchar la música. La edición física incluye textos que acompañan cada una de las canciones y que nos permiten reinterpretarlas. En los temas que tratan estos textos nos encontramos con reflexiones sobre los animales y la naturaleza, así como respecto a la vida de figuras importantes de la historia y del como Antonio de Torres Jurado, Viktor Frankl, Harriet Tubman, Sor Juana Inés de la Cruz, Fridtjof Nansen, Gabriela Mistral, Fyodor Dostoyevsky y Leonor de Aquitania. Cabe aclarar que estos textos fueron escritos por el cineasta mexicano Olallo Rubio.
Si bien siempre es harto complicado creer que la música instrumental pueda realmente estar profundamente inspirada en conceptos y temáticas concretas antes que en las sensibilidades y capacidades técnicas de los músicos, dichos textos nos indican al menos las ideas y figuras en las que estaban pensando este par de músicos mientras trabajaban en el disco. Otra prueba de esa profundidad intelectual que alimentó el proceso de creación musical la podemos encontrar en la rola de ‘Sunday Neurosis’, en la que Rodrigo Y Gabriela abordan el tema de dios a través de diversos samples extraídos de figuras como Richard Dawkins, Sadhguru y Ram Dass.
Con todo, este disco grabado en los Lumbini Studios (presuntamente ubicados en la zona de Zihuatanejo en el Estado de Guerrero), es una gran prueba del gran estándar de calidad alcanzado por este par de guitarristas. Pues si bien es raro quien lo cuenta entre sus más destacados, no cabe duda de que es un logro sonoro y estético.