Portada de la película Amores Perros.
Portada de la película Amores Perros.
Calificación Esencial de Rehilete
Calificación Esencial de Rehilete

Reseña por Augusto Montero

Amores Perros (2000)
Alejandro G. Iñárritu

Altavista Films
Película: Animación

Te amo...rdido un perro.

Hay un expresión en inglés que refiere a lo mal que la puedes pasar en el amor y que convenientemente es también el título que recibió esta película en el mundo de habla inglesa: Love is a bitch, referente a que una perra puede ser muy agresiva cuando amenazan a sus cachorros (el amor materno, supongo). Agresiva por amor, y el amor puede destruir a una persona… o a varias. Y de esto va este clásico moderno de nuestro cine nacional. Tal fue el éxito de esta película de principios del nuevo milenio que incluso le valió una nominación al Oscar (mejor película extranjera). Por eso, y por cómo lanzó al estrellato a “El Negro” y a Gael García Bernal; esta película es imperdible para cualquier amante, no ya del cine mexicano, sino del cine latinoamericano.

La película nos cuenta tres historias que comparten dos cosas en común; el fracaso en el amor (familiar, noviazgo y de amantes) y el involucramiento del mejor amigo del hombre en cada una de estas fallidas relaciones. La primera historia sigue a Octavio, quien está enamorado de Susana, una joven embarazada de su hermano Ramiro. Octavio apuesta en peleas de perros con el suyo, el Cofi, para conseguir dinero y huir con Susana; pero tras un enfrentamiento con el Jarocho, jefe de una banda criminal, rival en las peleas y mal perdedor, sufre un accidente automovilístico que resulta en la muerte de su mejor amigo y socio (¿cómo se llamaba?) mientras que Ramiro, asaltabancos de medio tiempo y sin mucho seso, muere durante un atraco después de robarle a Octavio sus ganancias en las peleas.

La segunda historia se centra en Daniel, un jefe de revista que deja a su esposa por la modelo Valeria, enamorada de su perrito de bolsa, uno de esos animales de lujo que a veces parecen más accesorios de moda que seres vivos. El accidente de Octavio resulta ser el que deja a Valeria en silla de ruedas. Durante la convalecencia de Valeria, el perrito se pierde durante días bajo el piso del apartamento en reparación y al no poder encontrarlo, entra en un proceso de neurosis, lo que provoca tensiones en su relación y culmina en la amputación de su pierna al sucumbir a la locura por rescatar al dichoso animalillo.

La tercera historia sigue a El Chivo, un ex guerrillero que intenta redimirse tras dejar a su familia por la lucha armada y luego, decepcionado, por una vida de crimen. Ahora vive como vagabundo rodeado de perros de la calle con los que intenta emular una familia. Después de robar el dinero de Octavio tras el accidente, y reflexionar sobre su vida al enterarse de la muerte de su exesposa, busca a su hija Maru, dejando un mensaje de arrepentimiento. Al final, El Chivo se aleja con el Cofi, al que rescató después del accidente, simbolizando un nuevo comienzo. Las historias, aunque separadas, exploran temas de amor, pérdida y redención.

Al final pareciera que el único amor verdadero es el que existe entre las personas y los perros; estos nunca te abandonan, son fieles (por algo la expresión: “tan fiel como un perro”), no te reclaman por no darles atención y son felices con muy poco. Bueno, quizá lo anterior no es la mejor definición de un sano amor. Sin embargo, vaya que cumple con el ideal romántico -mal sano- sobre lo que uno puede añorar de un amor de cuento de hadas; o en el efímero e inestable mundo moderno de las relaciones líquidas.

Regresando a la película, ¿qué la hace tan especial? Será acaso su estructura a la Faulkner (el guionista, Guillermo Arriaga, declaró que se basó su estructura narrativa en El Ruido y la furia); o quizá la trama de traición, apuestas, intriga y pasión; o tal vez nuestro amor por esas cositas peludas llamadas perros. Yo apostaría más bien al hecho de que el drama humano acontecido en cada una de las historias nos llega por el hecho de que todos hemos pasado por algo semejante - ¿quién no ha sufrido una traición amorosa en su vida? - y que permite empatizar con alguno de los personajes.

¿Love is a bitch? Tal vez sí, tal vez no. Quizá depende en buena medida -no digo que siempre, pero algo influye- cómo críes a ese animal. Puedes usarlo como perro de pelea para sacarle beneficio, pero un día te va a soltar una mordida que te dejará marcado de por vida; o puedes tratarlo como parte de tu familia y dará su vida por ti. Creo que aquella frase final de la canción de The Beatles, “The End” resume perfectamente esta idea: “And in the end, the love you take, is equal to the love you make” (“Y al final, el amor que recibes es igual al amor que generas”).