Calificación recomendado de Rehilete
Calificación recomendado de Rehilete

Reseña por Lalo Enríquez

Antena (1997)
Zurdok Movimiento
Discos Manicomio / Polygram
Disco: Rock

La banda regia se encontraba aun en búsqueda de su sonido, entre una vorágine de ritmos noventeros: grunge, rap, hardcore, metal y brit pop.

El primer disco de Zurdok es un caso curioso. De hecho, en aquel entonces la banda neoleonesa llevaba aún por nombre Zurdok Movimiento. La eventual evolución sonora e historia de la banda apunta a un contraste brutal entre los estilos y visiones musicales de los dos vocalistas que tenía el grupo en sus inicios: Fernando Martz y Gerardo Garza “Chetes”.

Para darnos una idea de la aproximación de Martz, se dice que en algún momento (antes de que el resto del grupo lo encontrara) existió la posibilidad de que su lugar lo ocupara Patricio Chapa; quien pronto después sería cantante nada más y nada menos que de Control Machete. Y es que en este disco debut Fernando Martz la hace de rapero hardcore (‘Platique con mi Pistola’, ‘Gallito Inglés’), cantante de grunge en un estilo medio Eddie Vedder (‘Derrumbe del Desfile’), y en otras ocasiones sí de lleno como cantante de metal (‘Chambi’).

Del otro lado, Chetes aporta momentos bastante más melódicos y cálidos. Incluso con una letra hostil como ‘Nadie Te Quiere Ver’, el estilo de Gerardo no podría darle un sentido más distinto a la interpretación del que seguramente hubiera resultado de una hipotética elección de Fernando Martz para cantar ese tema. También en ‘Dragón’ y ‘No Importa’ se contrasta lo “pesado” de la música respecto a la aproximación vocal de Chetes. A la postre, el guitarrista deja una marca indeleble en sus canciones ya que destacan por contar con elementos orquestales que interactúan de forma curiosa con el sonido hard rock que predominaba dentro de la banda en aquel momento.

Sin duda la impresión que quedaba para aquellos que escucharon el disco sin saber lo que vendría, fue que Zurdok era una banda de rock pesado con ligeros tintes de rap latino, en la que el cantante principal era Fernando Martz y por ahí se aparecía otro cantante más tranquilo en unas pocas canciones.

Ya queda al criterio del público si lo anterior influye para que esté sea universalmente considerado el álbum menos destacado de la agrupación regia (aseveración en la que concuerdo también, ampliamente). Sin duda se trata de un disco de búsquedas y de fusiones. La verdad es que incluso puede decirse que es un lanzamiento omnívoro de la música de los 90’s. Como ya se dijo, hay bastante de grunge, de rap, algo de metal, pero también influencia considerable del Brit Pop en lo que respecta a las canciones cantadas por Chetes.

Ese espíritu ecléctico es quizás uno de los mayores méritos del disco, así como su gran limitante. A diferencia de un Re (1994), donde el eclecticismo de Café Tacvba reflejaba un esfuerzo consciente y cohesivo por capturar algo muy amplio, este disco de Zurdok sí tiene tintes de una banda que aún no decide qué es lo que va a hacer con su sonido.

Fernando Martz seguiría todavía durante la grabación de Hombre Sintetizador (1999), comúnmente referido como la obra maestra de esta agrupación regia. Y hasta eso jugaría un rol importante en varias de las canciones populares del disco, como ‘Abre Los Ojos’. Sin embargo, para esas instancias es claro que la dimensión hardcore y grunge de la banda había decrecido enormemente, al tiempo que la dimensión britpopera y neo-psicodélica de Gerado Garza soltaba sus amarres.

En general, debe de reconocérsele a Zurdok y parte importante de la avanzada regia que mostraron que el modelo de rock en español / latino que imperaba a principios de los 90’s no necesariamente tenía que ser un dogma. Músicos influidos casi totalmente por los sonidos anglosajones y que no tenían interés en ahondar en la mexicanidad podían también cantar material propio en español y alcanzar perfectamente un éxito comercial razonable. Este disco fue una de las primeras aportaciones a ese propósito.