




Reseña por Lalo Enríquez
Balada de Testaferro (2016)
Paul Medrano
Marvin / Milvoces
Libro: Cuento
Cuatro relatos de cocos, destrucción y shock.
Quien haya prestado un mínimo de atención, habrá notado que el shock se ha convertido en elemento inextricable de la cultura moderna (o posmoderna, si gustan; que para este propósito viene dando lo mismo). Desde que Elvis meneó sus caderas frente a las cámaras, desde que Sinéad O’Connor rompió la foto del papa ante la indignación de millones de católicos, desde que Plan B dijo “Si le hablo malo se pone intranquila / pasa su mano por todo su cuerpo / Cuando le digo todo lo que haría” … bueno, creo que el punto se captó.
El moderno QUIERE molestar a los viejos. Se regodea en ello. Respira indignación; la lleva colgada como medalla de honor. La literatura no solo no es excepción, sino que es ejemplo preminente. Burroughs y Bukowski aún son venerados fervientemente hasta nuestros días gracias a su espíritu transgresor. Vaya, incluso autores totalmente masivos que leen las tías, como Murakami, no pueden dejar de meter por aquí y por allá el pasaje semi-pornográfico o políticamente polémico que le dé su saborcito a la mezcla.
El autor que aquí nos compete, Paul Medrano, no es ajeno ni mucho menos al valor del shock; al contrario, es asiduo y experimentado practicante. Mi intrépido argumento será que, al menos en su colección de relatos Balada de Testaferro, vemos su faceta más genial cuando el shock aparece como una prioridad menos evidente.
Como digo, Balada de Testaferro es una pequeña colección de cuatro textos narrativos que derivan su título del primero de ellos: el único que no podría entrar claramente dentro de la categoría de ‘cuento’, ya que es de extensión un poco mayor aparte de que viene dividido por breves capítulos.
Podemos decir entonces que el primer texto del libro es una especie de noveleta que nos adentra en el mood tropical que continuará por todo el libro, así como también nos cuenta la historia de Los Testaferros. Es decir, un grupo que toca en la cantina El Purgatorio y fue inspirado por el mismísimo Rigo Tovar, que en este relato se nos presenta como una figura mesiánica, capaz de multiplicar el agua de coco. Desde acá nos encontramos la riqueza del imaginario de Paul Medrano, palpable a través del ficticio pueblo de Xigua, sus bebidas alcohólicas de coco, así como nuestro promiscuo narrador, obsesionado con su propio semen y con facilitarlo a la mayor cantidad de féminas que le sea humanamente posible.
Al final ‘Balada de Testaferro’ termina siendo una fantasía masculina pura y dura, que en mi opinión no por su mayor extensión y ambición termina siendo mejor que los tres relatos restantes del libro. Más bien todo lo contrario.
En ‘Crayola’, por ejemplo, encontramos a Paul trabajando un concepto bastante más gracioso y redondo. No es la intención espoilear, sino más bien antojar: así que baste decir que si como tantos de nosotros lo que usted siempre anheló fue que el concierto de regreso de Led Zeppelin sucediera en Acapulco y contara con la participación estelar de Marco Antonio Solís ‘El Buki’ en la triunfal interpretación de ‘Stairway to Heaven’, puede considerar sus años de búsqueda y penitencia concluidos. Que todo lo ya mencionado tome después un tono apocalíptico debe de decir algo del tipo de lógica (o falta de ella) que sigue el autor al construir sus historias.
El tercer texto también compite por ser lo más fino de esta colección. ‘Nieve de Mango’ nos presenta con inaudito ingenio y comedia la historia de un joven escritor cuya beca lo obliga a lidiar con bizarros lineamientos institucionales, leyendas de exóticos fantasmas, así como su propia obsesión con ser aceptado y reconocido por los codiciados Juan-Villoros de la literatura mexicana.
Por su parte, en el último relato encontramos un punto medio entre el shock del primero y las descabelladas premisas del segundo y el tercero, mientras un cajero del OXXO quiere acceder a la experiencia sexual completa con una mujer casada, al tiempo que por razones misteriosas e inexplicables Acapulco se trasforma en la Chernobyl del Pacífico.
En fin, esa osadía y decadencia es parte integral del estilo de Paul Medrano y las cuatro historias la representan en una u otra medida. Pero el segundo y el tercer texto demuestran que cuando esa actitud desmadrosa e inconformista se pone al servicio de la construcción de una trama redonda y original, antes que del shock por sí mismo, los resultados pueden ser simplemente excelentes.