




Reseña por Lalo Enríquez
CORRE Y SUELTA A LOS PERROS (2025)
César y su Jardín
Independiente
Disco: Folk / Jazz
50 minutos 47 segundos para liberarnos de ataduras.
De las primeras cosas que uno debe aprender a diferenciar para el acto de escuchar discos con cierta seriedad es que cualquier determinado álbum puede surgir de una mera colección de canciones, o bien puede ser pensado de hecho como un todo cohesivo en el que el proceso de creación o redondeamiento conceptual, sonoro y/o estético abarca la duración total del proyecto discográfico. César (de César y Su Jardín) lo alude muy bien cuando dice que él valora mucho a aquellos artistas que hilan las canciones y las texturas del disco, como entrando en un tono cinematográfico, narrativo, dándole esa continuidad musical entre canción y canción.
Ahora bien, sin duda hay discos en ambos extremos que son clásicos de la música moderna; hablando de excelentes colecciones de canciones tenemos Parallel Lines de Blondie o Rubber Soul de Los Beatles, mientras que discos muy hilados y narrativos hay muchos ejemplos como Thick As a Brick de Jethro Tull o In The Aeroplane Over the Sea de Neutral Milk Hotel.
Pero debo decir que, como regla general sí termino por compartir la visión de César: todo excelente disco es, por diseño o por mera sinergia, viaje entre onírico, proto-visual, sonoro, emocional, y hasta espiritual. Tiene un gran mérito lograr imprimir en la mente del escucha ese viaje a través de una colección dispersa y heterogénea de canciones, ya que requiere en parte una gran imaginación del oyente, y por otra una magia que hila el todo de maneras sutiles e indescriptibles. No obstante, la forma más fácil de conseguir ese arco narrativo en el disco es de hecho sentarte a pensar ampliamente en él como experiencia holística, y a partir de ello contribuir de forma consciente a la construcción de esa experiencia.
Y de lo que más me emociona de CORRE Y SUELTA A LOS PERROS es justamente el poder encontrarnos con un creador que (en buena medida por su trasfondo actora y teatral) entiende perfectamente el fundamento emocional e intelectual de la experiencia narrativa, fundida sin duda con su particular cosmovisión y con el aporte técnico y emocional de cada uno de los músicos que lo acompañan.
César comenta incluso que a plena conciencia quiso obtener esa continuidad narrativa pero no a través de una historia como tal, sino más bien a través de una atmósfera: un arco que progresa como una respiración que se acelera, se pausa y juega con ‘lugares de escucha’. El rehuir de un concepto o estructura narrativa literal parte de su intención de no cristalizar una serie concreta de ideas sino dar ese espacio para la construcción individual y única para cada escucha, dentro de una guía que se hila a través de estilos, sonidos conocidos, secretos debajo de las canciones, palabras, ruidos.
El proceso creativo de las canciones venía de ya cuatro años atrás o incluso más en el caso de algunos temas. Sin embargo, la grabación como tal se dio en el transcurso aproximado de una semana, tomando lugar de forma intensiva en un estudio de Xalapa con la participación de prácticamente un ensamble de músicos, incluyendo un coro de cuatro muy talentosos cantantes de acompañamiento. De tal forma, el proyecto contrasta de forma muy interesante el carácter trabajado y pensado de sus canciones y la sinergia propia del estudio, con dosis muy altas de improvisación en el caso de este disco, contando incluso con pasajes y temas completos que fueron producto de las dinámicas musicales y creativas del estudio.
Pasando al tema conceptual o idiosincrático del álbum, debemos de entender el título como una alusión a una cierta actitud, un arrebato, un desfogue. Sin duda la idea de soltar a los perros en una oración imperativa nos habla al mismo tiempo de una libertad pero también de una autoridad: el soltar las amarras desde la osadía y la plena decisión. En ese sentido, podemos escuchar a lo largo del disco a los perros como hilo conductor; representaciones cíclicas de la idea unificadora. Dicho concepto también se ve fuertemente influido por la propia reflexión de César en torno a la temática del género, dándole cierta centralidad a la noción de disidencia que el mismo artista personifica, aún dentro de una relevancia que se le termina por brindar a los arquetipos y símbolos tanto masculinos como femeninos.
Dentro de esa reflexión de género, que sin duda es bastante característica de nuestro presente y de las preocupaciones de nuestra generación, el disco es bastante sutil y tampoco termina presentándolo como un eje central para disfrutar o entender la experiencia de CORRE Y SUELTA A LOS PERROS. Hay algo de humano y universal en todo este asunto, a pesar de que evidentemente solo podía ser producto de alguien con todas las particularidades artísticas e identitarias de su creador.
No puedo irme sin hablar de lo estrictamente musical, donde me parece que el lenguaje del jazz es un cimiento total a través de las armonías y estilos vocales, las inflexiones tonales de la música y el espíritu de juego e improvisación. Por otro lado, también es importantísimo el rol del folclor latinoamericano, pues la base rítmica y melódica tiene muchísimo del bossa nova y la samba brasileña, mientras que varias de las canciones son o bien crípticas o bien muy explícitas en su adopción del sonido local: el son jarocho. César buscó no ser protagonista a través de la voz para permitir que los músicos contribuyeran a la construcción de la historia aportando su propia visión; esto permite a las canciones adquirir una gran dimensión sonora y termina por darle al disco su sonido vivo, íntimo y cercano.
Finalmente, el lanzamiento y escucha del CORRE Y SUELTA A LOS PERROS se dio en la Sala Cardamomo, Xalapa, el jueves 22 de mayo del presente año 2025. La verdad un día feliz para la creatividad mexicana, pues nos regaló uno de los discos más entrañables, ricos y bien pensados que nos han venido a caer en manos en años recientes.