




Reseña por Augusto Montero
El Infierno (2010)
Luis Estrada
Bandidos Films
Película: Comedia
El infierno está vacío; los demonios están aquí.
A veces me pregunto, ¿realmente hay un infierno esperando a los pecadores de este mundo? No lo sé con certeza; quiero creer que quizá sí lo haya, para que la idea de justicia -divina o de cualquier índole- exista. Sin embargo, muchas veces me es difícil pensar que realmente existe. Soy más de la idea de que el orden natural de las cosas es el caos, que no hay explicación para la maldad, que simplemente lo que nos mueve es la avaricia y el odio. Tristemente cintas como estas me hacen pensar que tengo razón más en lo segundo que en lo primero.
La comedia tiene algo bastante… ¿bello? Puede hacerte reír y darte un gran momento a partir de mostrarte situaciones desoladoras, horripilantes, e inclusive, atroces. Esto es llevado a su máxima expresión con la cinta del director Luis Estrada, El infierno en la cual se nos retrata el mundo del narcotráfico en un pueblo de la frontero norte de nuestro país, pero llena de humor negro que permite liberar la tensión de la terrible situación en la cual está sumergida nuestra nación desde hace ya muchos años.
La película nos cuenta la (des)venturas de Benjamín García, conocido como "El Benny", quien regresa a México tras 20 años en Estados Unidos y se enfrenta a una crisis económica y violencia por la guerra contra las drogas. Al enterarse de que su hermano fue asesinado, promete ayudar a su cuñada Guadalupe y su sobrino. Al unirse al cártel "Los Reyes del Norte" para salvar a su sobrino de un arresto, El Benny se ve atrapado en un mundo de crimen y violencia. En el trayecto se reencuentra con su amigo de la infancia Eufemio Mata, ahora "El Cochiloco" quien le enseñará el “negocio” del crimen organizado. La nueva vida de Benny parece no ser tan mala -si tomamos en cuenta las barbaries que ahora comete- hasta que los fantasmas de asesinato de su hermano lo llevan a descubrir la verdad sobre el camino que ha elegido vivir.
Si bien la cinta está llena de violencia y nos muestra en qué se ha convertido -o tal vez siempre fue, pero a menor nivel- nuestra amada nación; lo hace con momentos tan hilarantes que al espectador se le olvida las monstruosidades que está viendo. La belleza de la sátira, supongo. Y es que esta película tuvo tanto éxito en su momento por dos motivos: fue una dura crítica a la guerra contra el narcotráfico que empezó el entonces mandatario, Felipe Calderón; pero también logró volver algo tan crudo como la violencia del narcotráfico en algo hilarante que te sacaba carcajadas por el cinismo tan fresco que mostraban sus personajes. Sin lugar a dudas la mejor forma -al parecer de este su humilde reseñista- de hacer crítica social, por medio de la satirización de todo aquello que le duele o incomoda a la sociedad.
Esta película tiene un lugar reservado en la cima del cine sobre narcotráfico, porque no sólo nos muestra las cosas como son (al chile como se dice aquí en México), sino que nos permite digerir la crueldad en la cual (sobre)vivimos día con día. Eso de que el mexicano es alegre y vivaracho, pese a la situación social y económica en la cual estamos inmersos se proyecta de manera increíble en este film, porque sorprende cómo pese a abordar una temática espantosa, podemos encontrarle su jiribilla.
En fin, como México no hay dos, para lo bueno y para lo malo. Y esta película es justamente el reflejo perfecto de nuestra nación en ese sentido; reírnos a pesar de las desgracias, y también, gracias a esas desgracias.