Portada del juego Green the Life Algorithm.
Portada del juego Green the Life Algorithm.
Calificación recomendado de Rehilete
Calificación recomendado de Rehilete

Reseña por Lalo Enríquez

G.R.E.E.N. The Life Algorithm (2019)
Estación Pi
Juego: Plataformas

El estudio independiente mexicano Estación Pi presenta un juego de ciencia ficción biológica, en el que nuestro propio ingenio será el principal aliado.

Entre el año 2019 en que fue lanzado este videojuego y el presente 2025, los hechos no han llevado más que a reforzar la lucidez de su apocalíptica premisa. Y es que es indudable que hemos transitado 6 años en los que la explosión de la inteligencia artificial ha sido abrumadora.

Los algoritmos ya nos tenían bien aprisionados desde principios de los años 2010’s, con la gran expansión de las redes sociales y su paulatina sofisticación para llamar nuestra atención a cada minuto; pero en años recientes la inteligencia generativa de imágenes y sonidos, así como la prevalencia de Chat GPT, Grok y similares, nos han llevado realmente a comprender cómo todo este asuntito podría salírsenos de las manos; tarde o más bien temprano.

G.R.E.E.N. The Life Algorithm nos presenta un mundo en el que los humanos comenzaron a utilizar un algoritmo que les ayudaba a acelerar el ciclo de vida y de crecimiento de las plantas. Como siempre, al principio fue una gran noticia pues, entre muchas ventajas y utilidades, esto permitía terminar con el hambre mundial de una vez por todas. También como siempre, el interferir con el frágil balance de la naturaleza tuvo sus consecuencias imprevistas y catastróficas.

En concreto, este coqueteo con el rol de dioses llevó a la sociedad del futuro a la creación y propagación de plantas monstruosas que pusieron en riesgo la supervivencia de toda la raza humana. Nuestro personaje principal, una intrépida joven llamada Zand, se encuentra en búsqueda de uno de los principales investigadores que aún quedan vivos: su padre.

Como jugadores ayudamos a Zand a cruzar por diversos biomas, como desiertos, cuevas, laboratorios infectados, e incluso el corazón mismo de este cáncer que se ha ido apoderando del mundo. Eventualmente, encontramos una compañera con la que se genera una gran dinámica, tanto en el uso de habilidades conjuntas, como en el diálogo que nos va dando más pistas sobre el lore del juego. Se trata de M0TH3R, otra inteligencia artificial, en este caso de naturaleza bondadosa, que nos ayuda a contrarrestar los peligros a los que nos encontramos en búsqueda del padre de Zand, así como del origen de esta catastrófica expansión biológica.

Otro acompañante durante todo este trayecto es el soundtrack, para el que no se rompieron la cabeza al presentarnos una especie de música tecno industrial. No es precisamente lo más distintivo y único, pero en lo personal lo considero un acompañamiento bastante hipnótico y adecuado para el título.

En lo que refiere a la jugabilidad, los controles y escenarios están programados de una forma un tanto inflexible, lo que a veces puede llevar a cierta frustración. Mínimos errores o diferencias en cómo se pulsó el botón o movió el joystick pueden implicar la muerte del jugador y por lo tanto el tener que repetir un escenario desde el principio, una y otra… y otra vez. Al final, el jugador experimentado llega a dominar estas complicaciones y, en su caso, tener la satisfacción de haber superado un juego que es francamente difícil por momentos.

Las comparaciones con Metroid son más que naturales, y justamente muchos colocan al juego en la categoría de metroidvania. No concuerdo tanto, ya que realmente la estructura que sigue G.R.E.E.N. me parece más lineal que la de los títulos definitivos de ese género. Más bien, yo creería que se trata de un ingenioso juego de plataformas, que tiene elementos de puzzle para ir avanzando por el mapa.

En ese sentido, cabe recalcar que una de las características distintivas de G.R.E.E.N. es que los enemigos no pueden ser eliminados. A lo máximo a lo que aspira el jugador usando el cañón de plasma de Zand es a inhabilitarlos o “congelarlos” durante unos cuantos segundos, mismos que tendrá que aprovechar al máximo para utilizar sus cuerpos de diversas e ingeniosas formas que serán indispensables para poder seguir su camino. Se trata de una buena idea, que sin duda aporta uno de sus valores agregados a este título.

Finalmente, pasando a su creación, me sorprendió al prender el juego descubrir que no solo no vi el típico desfile de desarrolladoras que suele desplegarse antes de ver el menú de inicio, sino que no apareció ningún logo. No sé el porqué de eso, pero se trata de un juego 100% mexicano, creado en territorio nacional por Estación Pi, un estudio independiente que obtuvo apoyo de la empresa japonesa Wacom.

Cabe resaltar que todo el apartado del arte y el diseño de personajes y escenarios fue realizado de forma colaborativa entre cuatro personas. Hay incluso un video en el que se explica que el personaje principal fue construyéndose a lo largo de las semanas a base de diversos elementos integrados a partir de las contribuciones de este pequeño equipo. Esto es de remarcarse, ya que los escenarios y los visuales son de lo más llamativo en G.R.E.E.N.

A decir verdad, es claro que este juego y su creación estuvieron sujeto a varias limitaciones en términos de presupuesto y personal; se siente un tanto breve y es irresistible pensar lo que este equipo pudo haber hecho con el mismo concepto y talento, pero bajo un proyecto más ambicioso en todos los sentidos. Al final, es un esfuerzo que debe reconocerse y, con toda franqueza, un juego que me mantuvo bastante entretenido por 17 horas, como creo que será con todo el que disfrute de retos demandantes y de una buena historia.