




Reseña por Lalo Enríquez
Misa en Soul Mayor (1970)
Calatayud
Discos AS
Disco: Jazz / Clásica
Calatayud afirma su condición de náufrago y lo mismo toma de Gershwin que de McCartney.
En su trabajo El Jazz en la Ciudad de México, 1960-1969, el pianista y escritor Alberto Zuckermann ahonda con lujo de detalle para transportarnos a la fantástica escena de la música jazz en la capital mexicana, durante una década definitiva para la cultura popular. Por supuesto, entre los músicos imposibles de olvidar aparece repetidamente Juan José Calatayud. Más allá de ascender y destacarse en los 60’s, el veracruzano siguió siendo una de las presencias más constantes y dignas de elogio en el jazz mexicano de toda la segunda mitad del siglo XX. Siempre mantuvo el alto nivel de su labor artística tanto en su repertorio en vivo como en su oferta discográfica, la cual no fue particularmente prolífica pero sí de lo más oportuna.
El virtuoso pianista, egresado del Conservatorio Nacional, tardó poco en canjear su etapa como estudiante por la vida del espectáculo en compañía del Trio 3.1416, en el que figuró como líder. Ya más tarde en la década de los 60’s, cuando comienza a producir material discográfico como solista, reflejó sin recatos la profundidad de su formación, la cual lo diferenciaba de otros grandes de la escena nacional (como Tino Contreras o Víctor Ruíz Pazos), cuya aproximación al jazz fue todo menos académica.
Después de Nova Jazz (1968) y Jazz Barroco (1969), Calatayud aborda el inicio de la nueva década con un lanzamiento que confirma su estatus de náufrago, extraviado entre el mundo clásico y el mundo juvenil, que sobra decir se encontraba en su máximo esplendor. A pesar del nombre Misa en Soul Mayor, debe mencionarse que este álbum se divide en dos y la segunda mitad es una sonata a tres movimientos basada en las melodías de Los Beatles.
La Misa tiene sin duda un estilo entre blues y jazz, con Héctor Hernández en el bajo y Eduardo Sánchez Cárdenas en la batería, mientras que la voz de la cantante afroamericana Nan Redi le da ese toque soul al que hace referencia el título. Las cuatro partes que componen esta pieza son retomadas de la estructura clásica de la ceremonia eclesiástica, ampliamente representada en la tradición de la música occidental. La voz de la neoyorkina Redi es profunda, grave y ligeramente operística a pesar de su indudable carácter sureño-norteamericano.
Creada para la boda de su prima e interpretada por primera vez en la Iglesia de San Diego (del exconvento de Churubusco), ‘Misa en Soul Mayor’ es una de las piezas más ambiciosas de Calatayud. No es de extrañarse que el veracruzano haya mencionado que el trabajo de George Gershwin figuró como una de sus primeras motivaciones para emprender su camino como músico. En esta pieza abraza el legado de obras icónicas como Porgy and Bess en su intento por mezclar la tradición clásica y la afroamericana. Como un contraste interesante, recomiendo buscar la Misa en Jazz que Tino Contreras publicara unos años antes, ya que muestra otra aproximación completamente distinta tanto a lo clásico, como a lo afroamericano.
Para su ‘Beatle-Sonata Clásica’, Calatayud hace un cambio total de conjunto, comenzando por el hecho de retirarse él mismo del escenario para dejar a un cuarteto de cuerdas interpretar la composición de su autoría. Luis Saloma, José Sosa, Ildefonso Carrillo y Apolonio Arias proceden a transportarnos por tres etapas del conjunto de Liverpool. La primera de ellas representada en ‘I Want to Hold Your Hand’ y ‘The Things We Said Today’, ambas canciones de A Hard Day’s Night (1964); luego ’Lady Madonna’, sencillo de 1970; finalmente, ‘Got to Get You into My Life’ de Revolver (1966).
No existe la más mínima duda de que eventualmente las versiones sinfónicas de la música de Los Beatles se transformaron en un cáncer agresivo e insaciable. De cualquier forma, este ejercicio de Calatayud destaca por adelantarse al tsunami, así como por su indudable buen gusto que conjunta su visión como músico de conservatorio y figura indiscutible del jazz mexicano.
A fin de cuentas, el ejercicio de hacer una misa soul y una sonata Beatle nos habla de un mismo fenómeno. Un creador inquieto que no puede ni quiere olvidar lo aprendido para salir desenfrenadamente en busca de lo nuevo; y cuya única oportunidad es buscar ese sincretismo que refleje el naufragio que es su identidad artística.