Portada del libro Pancho Villa Toma Zacatecas.
Portada del libro Pancho Villa Toma Zacatecas.
Calificación Esencial de Rehilete
Calificación Esencial de Rehilete

Reseña por Memo Fromow

Pancho Villa Toma Zacatecas (2013)
Paco Ignacio Taibo II / Eko

Sexto Piso
Libro: Novela Gráfica

Cuando la Historia se encuentra con quienes saben contarla, se vuelve leyenda.

Sip, no hay sorpresas aquí; lo que ves es lo que hay: Pancho Villa toma Zacatecas y eso es precisamente de lo que va esta historia, que, aunque ya sabemos cómo sucede y cómo termina, así sucede con los buenos narradores, nos cuentan lo mismo de otro modo… y nos encanta.

Todos conocemos también al inmortal Lupe Posada: a estas alturas es un inevitable de la cultura mexicana y poca sorpresa es referenciarlo en un medio gráfico que más de 100 años después de su muerte, no puede escapar a su larga y longeva sombra…y nos encanta.

Pancho Villa sigue vivo, para bien o mal en el imaginario popular y extrañamente funciona bien, ya sea como héroe o villano en la historia donde lo pongas. A la fecha no hay quien lo entienda ni quien lo pueda explicar. Su vida y su ser son aún un gran misterio… y nos encanta.

Con motivo del 100º aniversario de la legendaria batalla de Zacatecas (y por extraña coincidencia, 101 del fallecimiento de Posada) la editorial Sexto Piso, el omnipresente Paco Taibo II y la leyenda de la gráfica mexicana Héctor de la Garza alias Eko unieron fuerzas para traernos esta explosión de tinta que, de haber sido a colores, tendría tanta sangre para llegarnos a los tobillos, como dicen que sucedió en Zacatecas.

Ya antes Eko y Taibo habían colaborado en la producción del documental La Historia no contada de México: Las Dos muertes de Juan Escudero, en la que ambos narraron la sangrienta aventura y fin del primer alcalde socialista de Acapulco y posteriormente en la adaptación a televisión del libro de Taibo: Temporada de Zopilotes, un recuento novelizado de la Decena Trágica en la que el embajador estadounidense Henry Lane Wilson, Victoriano Huerta, Félix Díaz y otros carroñeros decidieron la traición y muerte del presidente Madero en 1913.Estos dos trabajos televisivos cuentan con varios segmentos animados con ilustraciones de Eko y dieron cuenta de la buena dinámica que existió (y presumiblemente aún existe) entre la narración de Taibo y el dibujo de Eko y cuyo siguiente logro sería la aparición de Pancho Villa toma Zacatecas. Una novela gráfica que es una sangrienta carta de amor a la obra de Posada y a la Historia, que como bien sabemos, gusta de recibir sus ofrendas en sangre.

Esta es una que todos se saben: en Julio de 1914 la División del Norte, mandada, como no, por Pancho Villa, estaba acercándose a la ciudad de Zacatecas después de al menos 2 ataques fallidos ejecutados por Pánfilo Natera, el general al que Venustiano Carranza había encomendado la tarea de tomar la ciudad para quitarle a Villa la gloria de hacerlo, ya que si eso pasaba, no solo su prestigio crecería mucho más que el suyo, sino que sería el ejército villista y no el constitucionalista (al que, al menos en teoría, los villistas estaban subordinados) el que tomaría la Ciudad de México. Zacatecas era el último reducto que le quedaba a Victoriano Huerta, y si caía, caería también el, de modo que estaba concentrando todo lo que tenía allí. Se iba a armar la gorda…

La novela es una colección de anécdotas ilustradas sobre los acontecimientos sucedidos (o pretendidamente sucedidos) antes, durante y después de la batalla así como de otras concernientes a los personajes legendarios de la leyenda villista, haciendo especial énfasis en Rodolfo Fierro, el general Felipe Ángeles y por supuesto, el jefe de jefes: Pancho Villa. No exajero al decir que cada página, CADA PÁGINA de este libro está trabajada con exacerbado amor de artista y cada una es un placer de mirar. Puedes abrirlo al azar en cualquiera y te prometo que no hay una sola que no pudiera ser una ilustración que podría sostenerse por si sola en cuanto a composición y más importante, en cuanto a la epicidad que transmiten, reforzando la sensación de leyenda en torno a los acontecimientos que narra.

La técnica de entintado emula la calidad de las imágenes que se conseguían con la técnica de grabado en madera que utilizó Posada en muchos de sus más memorables trabajos, de modo que no solo es un logro estético, sino que es al mismo tiempo un merecido y digno homenaje al maestro de maestros. Por si fuera poco, es una necesaria contribución para terminar de construir el ambiente del México revolucionario, sumiendo al lector en una publicación que bien pudiera haber sido una de aquellas hojas volanderas donde venían impresas las noticias y los corridos.

La estilización caricaturesca de los personajes, que los hace más verosímiles como personajes de una publicación burlona de las de la época, no reduce lo épico de los acontecimientos, ya bastante potentes por sí solos. La técnica de Eko es tal, que, sin apenas variar la estética, resulta divertida cuando quiere y seria, oscura incluso (muy oscura) cuando debe.

El texto también tiene lo suyo: la descripción de los acontecimientos y antecedentes, muy sucintos para no estorbar el trabajo de la imagen, no necesitan extensión para resultar bien llegadores. Apenas un par de líneas o un parrafito del tamaño de una viñeta de cómic bastan no solo para contar lo necesario de lo que ves, sino que también, saliéndose constantemente de lo puramente narrativo, entra en lo fantástico y visceral, mezclando registros de narración que van del historiador al cronista que parece haber visto hasta las cosas que nadie puede probar, pero cree con la convicción del que estuvo ahí y vio incluso lo que no: particular ejemplo de esta imbricación de la realidad con la leyenda son las páginas dedicadas a contarnos la leyenda (que no necesariamente la vida) de Villa, poco antes de presentarse en Zacatecas personalmente, llegando, como parido por el polvo y las montañas.

La novela no escatima en golpes de realidad bien fieles al caprichosos curso de la Historia. Esto no es una estampa escolar apropiada para libro de texto: esto es la guerra y en la guerra pasa todo. Los episodios infames, la destrucción y la desgracia nos vienen contados e ilustrados con el mismo rigor gráfico que en los pasajes heroicos hacen lo épico tanto como en estos se convierte casi en morbo.

Hablamos de un libro, apasionado, carnal, visceral y todo cuanto puede constituir la pasión en una obra gráfica. Sin casi texto, nos dice cuanto debemos de saber para zambullirnos de lleno en la combinación de historia, leyenda y arte; es el sello del buen narrador gráfico. Si no fuera porque se narra un acontecimiento histórico que necesariamente requiere de cierto contexto, estoy seguro que incluso podría prescindir del texto, como colección de imágenes poderosas, de impecable factura.