Portada del libro Paso por el Paraíso.
Portada del libro Paso por el Paraíso.
Calificación recomendado de Rehilete
Calificación recomendado de Rehilete

Reseña por Lalo Enríquez

Paso por el Paraíso (2025)
Emilio Zebadúa
Tulbox
Libro: Novela

Un complejo y meticuloso retrato novelado de los tejes y manejes de la política mexicana.

Todo mundo puede escribir una novela. Sí, incluso los políticos. Tal es el caso de Emilio Zebadúa, y realmente acá dejaremos en un segundo plano lo que tenga que ver con la (polémica o no-tan-polémica) actividad política y administrativa de este exconsejero del IFE, secretario de Gobierno de Chiapas, diputado federal, entre otros puestos similarmente rimbombantes.

Lo que nos ocupará es justamente su libro publicado durante el año presente. Pues en Paso por el Paraíso tenemos una intrincada novela política, que claramente tiene mucho de autobiográfica y que nos presenta un retrato crudo pero triste en su realismo respecto a los tejes y manejes del gobierno mexicano desde sus meras entrañas; particularmente en lo que refiere al nivel Estatal.

El autor nos recibe con el aviso de que cualquier parecido con la realidad es mera coincidencia, aclarando que eso no significa que hechos como estos, u otros muy similares, no hayan sucedido alguna vez en el Estado de Chiapas. Al leer una breve semblanza de la trayectoria de Zebadúa, es evidente que la inspiración para esta novela fue mayormente su propia experiencia como contendiente a la gobernatura de aquella entidad sureña, misma que en ese momento le fue negada por su partido y lo convirtió en disidente.

Desde el inicio vamos comprobando que uno de los valores centrales del libro es el conocimiento práctico de su autor respecto a las redes y artimañas de las política local mexicana. Comenzando con una traición y luego remontándonos al pasado, el autor va planteando y desenmarañando la compleja transición electoral entre El Gobernador, un político inteligente y maduro pero con fuertes tendencias autoritarias, y Pepe Corzo, su inmaduro y carismático protegido para sucederlo en el mando del Estado de Chiapas.

No dejamos de encontrarnos en el relato con tantas de las temáticas que ocupan nuestros periódicos y pensamientos de forma cotidiana: los feminicidios, la industria del fútbol y sus manejos, los levantamientos populares, las festividades comunitarias, los escándalos de corrupción y, por supuesto, esa dinámica sexenal que parece guiar todos los aspectos de nuestra vida pública nacional.

De ese conocimiento se desprende también la misma complejidad de la novela, pues se nos introduce como lectores a todos aquellos sectores que generan su impacto en la política local: empresarios, políticos partidistas o de carrera, jueces y magistrados, grupos religiosos, grupos campesinos o sindicales, familias influyentes, figuras de pasados gobiernos, burócratas, lavadores de dinero, etc. Esto se convierte simultáneamente en fortaleza y debilidad del libro; por una parte, la complejidad y abundancia de personajes abona a la riqueza del relato, pero también por momentos dificulta el seguimiento del arco principal.

De cualquier forma, no podemos negar que hay un meticuloso esfuerzo narrativo y descriptivo detrás de la construcción de la trama y de los dos personajes principales de la novela: el Gobernador y Pepe Corzo. Ambos representan perfiles muy distintos de político, pero al final los une su sintonía para poder aprovechar las debilidades del sistema y el paupérrimo involucramiento de la sociedad civil, así como un pragmatismo que les permite traicionar incluso a aquellos que más los ayudaron.

Pero como todo politólogo debe saber, los motores de la política no solo se encuentran en el terreno de lo pragmático. En este proceso participan los creyentes a ultranza, los siempre idealistas, los desencantados, los cínicos, los pragmáticos y también los bandidos sin limitaciones. De tal forma, la novela corrobora dos ideas contradictorias pero que son regla para quienes han observado de cerca este asunto en el ámbito mexicano: en política, personalidad es destino; pero también, ninguna personalidad está por encima del sistema.

Paso por el Paraíso es un buen ejercicio para sensibilizarse de nuestra realidad ¿Qué puede hacerse cuando la ley es utilizada como instrumento de la estrategia política, antes que como marco para la estabilidad y el progreso social? Si creemos que esa no es una pregunta relevante en nuestra geografía y temporalidad, hace falta abrir bien los ojos. Y productos creativos como esta novela siempre ayudarán a cumplir esa función.