




Reseña por Augusto Montero
Perras (2011)
Guillermo Ríos
Fidecine
Película: Drama / Suspenso
La adolescencia puede ser una perra.
Hay gente que dice que cambiaría los recuerdos de su adolescencia por una bolsa de Cheetos. Yo particularmente no soy de esos, pero puedo entender a quien decida hacer tan singular intercambio. La palabra adolescencia tiene entre sus “entrañas” adolecer, que significa caer enfermo o padecer alguna enfermedad habitual. ¿Coincidencia? ¡No lo creo! Para muchas personas la secundaria y preparatoria, pero especialmente la primera, fue un verdadero infierno.
El bullying; los cambios hormonales; las peleas con los padres, en algunos casos la separación traumática de los mismos; el rechazo social o amoroso; lidiar con las figuras de autoridad; demostrar tu valía como hombre a partir de cuántas chicas has besado, o como mujer a partir del tamaño de tus pechos… todo eso puede hacer que la adolescencia sea una auténtica perra. Pero reitero, yo me quedo con mis recuerdos de secundaria, pese a todo, no soy tan fan de los Cheetos.
Aunque el título de la película pareciera reflejar que irá hacia alumnas que son unas desgraciadas -que de hecho lo son- puede ser un tanto engañoso; no se trata de una suerte de Mean Girls mexicana, sino la historia de cómo la soledad puede volver a un grupo de niñas inocentes en cínicas adultas. Cuando hay un abandono paternal, -y esto aplica también en los varones, pero por ahora nos centraremos en el ámbito femenino- las adolescentes buscarán ese cariño y atención en alguien más. Tristemente ese alguien más muchas veces son hombres -o depredadores- queriéndose aprovechar sexualmente de estas chicas que buscan su lugar en el mundo.
De buenas a primeras el plot de esta película atrapa: 10 alumnas son detenidas en un salón porque una de ellas ha hecho algo malo -ese algo malo en realidad es una atrocidad, pero no quiero spoliear a nadie- y se quedarán en detención hasta que confiesen quién ha sido la culpable. Sin embargo, a lo largo del film se nos muestra la desoladora vida de todas ellas, marcadas principalmente por el abandono se sus familias y las consecuencias de eso. Algunas de esas chicas son presas; pero otras, en un intento de no ser socavadas por una sociedad podrida, se vuelven las cazadoras. Vemos cómo el terreno de la adolescencia en las mujeres tiene otro tipo de violencia; si en los hombres es violencia física, en las mujeres es una que también deja cicatrices, no en la piel, sino en la mente.
La genialidad de esta película recae en que logra ser una amalgama bien estructurada de thriller policiaco, denuncia social, comedia negra sobre los problemas de la adolescencia y reflexión en torno a que las personas necesitan atención, cuidado y amor, porque si no los tienen en su formación, habrá una descenso en espiral en su vida que las tornará no en personas, sino en animales (perras) que se comerán las unas a las otras sólo para demostrar lo que valen.
Sin lugar a duda, Perras es una de esas joyitas ocultas que deberían ser más valoradas porque hace un retrato crudo pero entretenido sobre la importancia de no dejar a las personas solas en una etapa tan confusa y vulnerable como lo es la adolescencia. Además de que el final es, a gusto de su humilde narrador, uno de los mejores plot twist que he visto en el cine nacional. Dense una oportunidad de ver a una jauría de perras pelearse entre sí, pero que en realidad sólo desearían ser tratadas como todos deseamos que nos traten: con amor.